Facultad de Ciencias Químicas, Químico Farmacéutico Biólogo, Bioquímica III

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miércoles, 23 de marzo de 2022

Terapia génica

Consiste en preparar el gen en laboratorio y luego colocarlo en el lugar adecuado para que sintetice la enzima G-6-Fosfatasa. La dificultad, en este caso, estriba en conseguir que los genes utilizados se mantengan en un nivel terapéutico y por un tiempo prolongado y, por otra parte, en prevenir la respuesta del sistema inmunológico para que ésta no impida la transferencia de los genes (Sueiro-Justel y cols., 2010).

De cualquier modo, se han obtenido resultados prometedores en ratones glucogénicos, a los que se les ha infundido un vector adeno-vírico portador del gen de la Glucosa 6-Fosfatasa. De esta forma, se ha conseguido en los ratones tratados un incremento en su actividad enzimática, con disminución de los depósitos de gucógenos en hígado y riñón, descenso de los niveles sanguíneos de triglicéridos, ácido úrico y colesterol, y elevación de la glucosa (Sueiro-Justel y cols., 2010).

Últimamente también a perros genéticamente predispuestos a sufrir la enfermedad se les ha infundido un vector adeno-vírico (AAV) portador del gen de la Glucosa 6- Fosfatasa. En un primer estudio, se administró una primera variante del vector adenovírico, AAV2/8, a tres perros con la glucogenosis tipo Ia de edad superior a 11 meses. Los valores de los marcadores en orina, incluyendo el lactato y el 3- hidroxibutirato, se corrigieron inducidos por la expresión del gen de la glucosa-6- fosfatasa hepática. La acumulación de glucógeno en el hígado se redujo casi a valores normales en estos perros tratados [51]. En otro trabajo más reciente, se administró una nueva generación de adenovirus asociado (rAAV2/8), mejorada con respecto a la anteriormente mencionada, se le administró a otro perro afectado con la tipo Ia en su primer día de vida y a las dos semanas se observó una clara mejoría en los síntomas de la enfermedad. La mejora fue transitoria puesto que, dos meses después del tratamiento, el perro tratado con dicho adenovirus mejorado ya no podía mantener los niveles normales de glucosa en sangre después de una hora de ayuno. El mismo animal se dosificó a continuación, con otro vector terapéutico (rAAV2/1) infundido a través de la vena porta. Dos meses después de administrar la dosis del vector rAAV2/1, tanto los niveles de glucosa en sangre como de lactato fueron normales tras 4 horas de ayuno. Con ayunos más prolongados, el perro sigue manteniendo las concentraciones de glucosa cercanos a la normalidad, aunque los niveles de lactato se mantuvieron elevados durante 9 horas. La suplementación de glucosa a través de la dieta se suspendió a partir del mes siguiente al de la administración del vector adenovírico rAAV2/1 y el perro continua creciendo con mínimas alteraciones en los valores clínicos de referencia tras 23 meses (Sueiro-Justel y cols., 2010).

Esta terapia se presenta como una de las grandes esperanzas de cara a la futura curación de esta enfermedad, y buena parte de los trabajos de investigación recientes sobre la enfermedad de Von Gierke se han centrado en dicho campo (Sueiro-Justel y cols., 2010).

Bibliografía consultadas:
Sueiro-Justel, J., Ceide-Arias, J. & Molares-Villa, A. (2010). Guía informativa para la glucogenosis tipo I (Enfermedad de Von Gierke) Recuperado de https://glucogenosis.org/wp-content/uploads/2015/10/guia-tipo_i.pdf

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